
Una de las ventajas de este tipo de paneles basados en componentes orgánicos como la hemoglobina y la clorofila es que consiguen generar energía en condiciones de poca luz a diferencia de los paneles de silicio que necesitan la luz directa del sol. Además será posible aplicar estos paneles sobre ventanas y tejados fácilmente, uniendo esto a su bajo coste será más fácil que se implanten de forma masiva.
El profesor Qiquan Qiao, del departamento de energía de esta universidad afirma que los llamados paneles solares fotovoltaicos orgánicos o OPV son más baratos y producen más energía que los tradicionales paneles de silicio.

La nueva tecnología en la que esta trabajando Qiao es conocida con el nombre de “electrónica molecular” o “electrónica orgánica” y es orgánica porque se basa en polímeros de carbono como semiconductores.
Qiao y su equipo también están trabajando en diodos emisores de luz orgánicos conocidos como OLEDs.
Ambos dispositivos orgánicos (OPVs y OLEDs) están construidos en base a delgadas capas de compuestos orgánicos que pueden absorber los fotones para convertirlos en energía solar. “Típicamente un polímero orgánico, como una larga y flexible cadena de carbono, es usado como sustrato donde los materiales semiconductores son aplicados usando una técnica similar a una impresora a chorro de tinta” explica Qiao.
La multiplicidad de capas de polímeros tienen la misión de permitir un mayor aprovechamiento del espectro solar, así los fotones que no son captados por la primera capa, tienen la posibilidad de ser captados por las siguientes capas. La idea es que se logre utilizar los fotones tanto de los rayos ultravioletas como de los infrarrojos.
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